19-01-2007

Capitulo XII: Crepúsculo otoñal

“la oscuridad me Abraza”

Hojas rojizas giran en el viento, como almas perdidas en brazos de reposo.

Como un álbum de dibujos que reflejan mis sueños, esta tierra es descrita como un reconfortante crepúsculo otoñal.

Con su cielo dorado, riachuelos cantarines y pantanos burbujeantes que salpican la zona, es como un lienzo de un artista romántico.

Tras una vista mas detallada, he percibido horribles visiones de una retorcida maldición, decorada como una fachada pintoresca.

En este interminable crepúsculo otoñal, las raíces de los árboles espinosos se hunden en esta tierra enferma, despojándole todo lo que es bueno.

La maleza rebosa de tronco vacíos, sus partidos restos son devorados por la tierra. Y los rincones de esta malévola región, hierven de malvadas bestias impías.

Mientras las hiervas crecen sobre el terreno, retorcida como nervios punzantes, como si la tierra estuviese viva, consiente de sus habitantes, que desfilan por su espalda.

Negros ojos saltones, carentes de alma destellan en el aire. Pequeños demonios de rápidas alas atraviesan el brillante cielo; cuchillas voladoras que aguardan el momento exacto para descender. Cuando planean, veo dientecillos agudos, ensangrentados, malvadas sonrisas demoníacas. En sus súbitos giros escucho silbidos ominosos que me congelan el alma. Aquí ellos son los dueños del cielo.

Siervos encapuchados, semejantes a espectros, vigilantes sin corazón o alma, patrullan esta tierra. Sus rostros y brazos están surcados por tajos y costuras; como remiendos baratos hechos de piel de cadáveres rancios.

Se congregan y vienen, como manada de lobos rabiosos, luchando siempre por la supremacía. Esas abominaciones anhelan mi destrucción. Se agrupan en torno a las huellas, que parecen ascender por la ladera del risco, pero algunos grupos se congregan junto a los abrevaderos y a los troncos huecos.

Mas adelante en el camino, es como si las sombras devoraran totalmente los alrededores, sin un atisbo de lógica o una gota de sentido.

Es como si la única razón para esto

Estuviera en la oscuridad misma.

Como la majestad que gobierna el negro vacío,

Sepultada en el infinito de la noche.

Es ella, la amante eterna de las sombras.